Esta mañana al salir de casa había llegado el otoño con el que soñaba ayer. Por fin la lluvia dejaba un olor a humedad que me ha hecho sonreír. Hoy no me ha importado ni el atasco, ni no saber nada de nadie, ni si quiera que cuando entro sonriente y digo buenas días seas tan maleducada de no contestarme, etc. Hoy nada me importa por que por fin han llegado las nubes, la lluvia y el silencio, la tranquilidad, mi mundo.
Llevo meses soñando con este momento y por fin aquí esta. Ahora es el momento de plantear lo que va a crecer de ahora en adelante. Luchar por conseguirlo es una de las cosas que más me motiva cuando el viento me ayuda a despejar y a pensar, cuando la luz cambia y se estremece, cuando la ventana te atrapa viendo pasar cada gota de agua, cuando el rayo de luz que se cuela entre las nubes justo ilumina la cima de esa montaña que te subiste hace tiempo o un nuevo objetivo que ponerte.
El otoño es mi época favorita del año y aunque no ha llegado aún de verdad me revoluciona y me excita :)
Es tan bonito, las hojas se caen y dejan un manto marrón que contrasta con el gris de la nubes y la leña. Los pinos crecen y en sus raíces salen setas. Encendemos fuego en la chimenea para caldear las noches que llegan temprano y nos dejamos llevar por la vida que empieza. Nuevos proyectos, nueva casa, nueva mentalidad...comenzar, avanzar,etc...todo eso y más por que también me hago vieja en el otoño y eso teniendo todo lo que tengo me hace mucho más feliz aún.
Hoy soy feliz
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